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LOMBOK, INDONESIA

lunes, 17 de marzo de 2014

RECOLECCIÓN DE ALGAS EN INDONESIA

En casi todas las islas de Indonesia, donde se desarrolla el Proyecto Serikat Mimpi, una gran parte de la población se dedica a la recogida de algas. Cada día, desde antes del amanecer, numerosos locales aprovechan la bajada de la marea para recoger todas las algas que el mar arrastra diariamente hasta su orilla. Hombres y mujeres de todas las edades, incluidos abuelos y niños, se reúnen cada día para, con la sola ayuda de sus manos, arrancar las algas que quedan, en la retirada del océano, agarradas al suelo. A veces, utilizan una herramienta afilada para cogerlas con más facilidad, una especie de cuchillo curvado, que les ayuda a cortarlas. Los hombres acuden vestidos, con bermudas y camisetas, mientras que las mujeres lo hacen con sus largos vestidos, y con pañuelos que le cubren la cabeza, esto hace que siempre acaben con la ropa mojada. Aprovechan las bajadas de las mareas, por lo que aguardan pacientemente a que el mar se vuelva a retirar, para continuar la labor, sea la hora que sea.

Es un trabajo muy duro, cuyo proceso dura las 24 horas del día.






Van amontonando las algas en pequeñas montañas separadas a lo largo de la orilla, que posteriormente trasladan hasta una parte de la playa, alejado de la costa.

Las introducen en grandes sacos blancos que llevan a hombros hasta la carretera, allí los vacían, extendiéndolas en el asfalto caliente, bajo el fuerte sol que azota durante todo el día, la isla, para conseguir que se sequen por completo. Después de horas y horas de secado, vuelven a introducirlas en sacos, siendo prensados en muchas ocasiones con el peso de una persona (normalmente, un niño) que se mete en el saco y aplasta las algas secas bajo sus pisadas. Los locales los cargan, nuevamente a hombros o hasta sus casas, o hasta un lugar habilitado en su poblado, donde los van almacenando todos.

Posteriormente, un camión recoge todos los sacos y los lleva a un nuevo almacén mucho mayor, donde se acumulan todos los sacos de la comunidad, aguardando hasta ser trasladados en camionetas, y llegando tiempo después a otros países, done utilizan las algas para la elaboración de productos cosméticos.

Un kilo de algas es vendido a las empresas extranjeras por 1000 rupias, es decir, a 0,0625 euros, mientras que los productos cosméticos que se elaboran con ellas, cuestan al público más de 60€, el frasco de 100 ml. Es por tanto un precio irrisorio de la materia prima, que da lugar a un mercado completamente injusto en el que la mano de obra y el duro trabajo que realizan, se está menospreciando, mientras otros se enriquecen con el producto final que se obtiene.

 

Muchos de los niños beneficiarios del Proyecto Serikat Mimpi, trabajan a diario con sus familias en la recogida de algas, motivo por el cual, en muchos casos, dejan de asistir a la escuela a veces ocasionalmente o de forma permanente.

Uno de los objetivos del Proyecto Serikat Mimpi, es la creación de una cooperativa entre los productores, para que puedan negociar con las empresas consumidoras un precio más justo de las algas y orientarles sobre la creación de productos propios. De esta forma, no solo se valorará más el trabajo de los locales, sino que se podría conseguir que muchas familias superaran su precariedad económica y tuvieran alcance a una mejora de sus condiciones de vida.



Por otro lado, se trabaja a diario con las familias, para tratar de conciliar la vida laboral y escolar de los niños, fomentando su asistencia a la escuela indonesia y realizando las clases del proyecto en un horario que les permita cumplir con sus obligaciones familiares y laborales.

El Proyecto Serikat Mimpi, trabaja día a día para fomentar unos principios de justicia e igualdad que lleven a la población local a una mejora de su situación, interviniendo, desde todas las áreas, para procurarles un futuro mejor. El camino sigue siendo difícil y lleno de obstáculos, pero cada día damos un paso más hacia delante y confiamos en que pronto esta población, con la ayuda de todos, comenzará a ver realmente la luz.











  
 ANP